Soy un lunes de marzo y mi reflexión de hoy, o sea de mi mismo, es que la vida puede ser muy cruel.
En mi caso, es una mala pasada que, por pocos minutos, no he podido ser domingo y, como todos saben, los domingos siempre son mucho mejor aceptados por la sociedad que los lunes como yo. Me espera una vida de marginación, quejas, mal humor y deseos de que me acabe pronto.
Por suerte creo en la reencarnación. Lo único que espero es no nacer cada siete dias como me ha estado pasando desde hace años. Exactamente desde que un tal Gregorio XIII decidió alterar mi vida para que le cuadraran las fechas de sus reuniones con los amiguetes.
- Lunes, 31 de marzo - (Dia como otro pero que, probablemente, será el más importante de su vida para él mismo y para mucha gente)
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